¿ QUÉ PASO ANTES DE QUE BONGIOVANNI ASESINARA A MARITA LANZETTI?

Por mayoría, los jueces técnicos y los 8 jurados populares que conformaron el tribunal del juicio oral y público por el femicidio de María Eugenia Lanzetti (44) condenaron a prisión perpetua, la máxima pena, a Mauro Bongiovanni (45) descartando de esta manera su inimputabilidad. La votación fue 9 a 1.

Los fundamentos de la sentencia se conocerán en los próximos días.

En tanto, ¿qué sucedió antes del 15 de abril de 2015, del femicidio? ¿Por qué en su alegato el fiscal Víctor Pezzano insistió con que fue premeditado?

Desde los Tribunales locales, en abril de 2015, habían detallado a LA VOZ DE SAN JUSTO cada uno de los puntos de esta causa, explicando qué acciones se llevaron a cabo ante cada hecho de violencia o amenaza que sufrió la víctima. El fiscal Oscar Gieco, en aquella oportunidad aseguró que la Justicia actuó conforme a la ley y a los resultados de la decena de pericias psiquiátricas que se le realizaron a Bongiovanni.

Repasamos cuáles fueron las denuncias que comprometían al empresario:

*Junio 2014: La primera denuncia que Marita Lanzetti efectuó contra su expareja fue ante el Juzgado de Niñez, Juventud, Violencia Familiar y Penal Juvenil en el mes de junio de 2014, durante la feria judicial, por un hecho ocurrido el 18 de mayo de ese año. En la misma denunció que el hombre había llegado ebrio al domicilio familiar de calle Juan B. Justo 727, discutieron, él rompió algunos muebles y la agredió con golpes. En tanto, en esa ocasión ella manifestó su intención de “no promover acción penal” en contra de Bongiovanni, por lo que la fiscalía archivó la causa, aunque se ordenó la inmediata restricción de acceso al hogar.

*Septiembre 2014: La segunda denuncia fue radicada el 6 de septiembre de 2014, cuando Bongiovanni violó la medida judicial e ingresó a la casa con un arma de fuego. Lanzetti no se encontraba allí, sí uno de los hijos, quien dio aviso a la policía que detuvo al hombre y secuestró el arma. Recordemos que Marita y Bongiovanni son padres de dos jóvenes: Juan Cruz y Santiago. En ese momento, las pericias psiquiátricas y psicológicas determinaron que el viudo tenía “sus frenos inhibitorios sin particularidades, con conciencia de la situación presente y juicio crítico conservado, no presentando un índice de riesgo cierto inminente”. De todos modos, ya instando acción penal y pasando la causa a cargo del fiscal Oscar Gieco, se ordenó su traslado al área de Salud Mental de Hospital “J. B. Iturraspe” y se decretó el “impedimento de contacto” con la mujer, a quien luego el Juzgado de Violencia Familiar le otorgó un botón antipánico.

*Octubre 2014: Pese a lo mencionado anteriormente, el 25 de octubre, Bongiovanni intentó comunicarse por teléfono con su exmujer y estacionó su auto enfrente de la casa de ella, por lo que accionó por primera vez el botón antipánico, acudiendo la policía al lugar. En base a esta denuncia, Gieco confirmó que se ordenaron nuevas pericias psiquiátricas.

*Noviembre 2014: El 3 de noviembre de 2014, las nuevas pericias reafirman que el hombre “no presentaba índice de riesgo cierto inminente” y aconsejan continuar con el tratamiento psiquiátrico ambulatorio al que ya se había sometido Bongiovanni, con la supervisión de un familiar o tercero responsable, remitiéndose copias al Juzgado de Violencia Familiar. El 21 de noviembre, Mariano, el hermano de Bongiovanni, informó a la Justicia que este se encontraba internado en una clínica psiquiátrica de la ciudad. Posteriormente, a principios de diciembre, una junta médica conformada por profesionales del área de medicina forense de los tribunales locales le realizó a Bongiovanni una nueva pericia psiquiátrica y psicológica, la que determinó que “no se advierten síntomas de violencia en su esquema de pensamiento actual ni en su afectividad; su juicio está conservado comprendiendo la criminalidad de sus actos”. En base a este resultado es que el fiscal Gieco en esa oportunidad decide indagarlo -en esa ocasión Bongiovanni fue asistido en la defensa por el abogado Marcelo Asán- y luego de la indagatoria el fiscal renovó el impedimento de contacto con Lanzetti.

*Febrero 2015: El 9 y 17 de febrero se registraron las últimas dos denuncias, la primera de ella luego de que Bongiovanni tocara timbre en la casa de Lanzetti (quien empleó el botón antipánico por segunda ocasión, concurriendo dos patrulleros que no lograron localizar a su exmarido) y la fecha siguiente porque este le envió mensajes de texto por teléfono celular.

“Todo fue premeditado”

El alegato del fiscal de Cámara Víctor Pezzano fue contundente. Sostuvo que Bongiovanni había premeditado matar a su exesposa desde que ella se cansó de la relación violenta que mantenían y lo dejó, en mayo de 2014.

Indicó que el femicidio era “algo anunciado” al referirse a los episodios de violencia, física y psicológica, a los que Marita estaba sometida incluso –dijo-, antes de casarse, siendo novios con 18 años, tal como lo testimonió Rubén Lanzetti, hermano de la mujer.

Pezzano alegó que Bongiovanni había violado nueve veces en menos de un año la orden judicial que le impedía acercarse a Marita.

Y sobre la premeditación del crimen, mencionó que el acusado esperó a que se retirara el médico ginecólogo que trabajaba en el Centro Vecinal Barrio Jardín (donde funcionaba el jardín de infantes “Estrellitas Traviesas”), para luego ingresar y sin mediar palabra atacar directamente a Marita con un cuchillo y matarla de 14 puñaladas.

Además, se refirió a la manipulación que ejercía Bongiovanni sobre la víctima diciéndole que se suicidaría si no estaba con él, aunque aseguró que nunca pensó en matarse.

“Bongiovanni comprendía lo que hacía, estaba en plena consciencia de sus actos. No fue ningún brote psicótico”, afirmó Pezzano. “No tenía alteraciones psicóticas, se encontraba plenamente ubicado en el tiempo y espacio y no estaba bajo efectos del alcohol ni drogas cuando ingresó al jardín a matar a Marita”.

Y repasó algunas de las denuncias que antecedieron al crimen, relatando que en una oportunidad, el empresario ingresó armado a la casa donde vivían Marita y sus dos hijos, y en presencia de ellos destrozó todo lo que encontró a su paso, y que bebió dos botellas de vino. También señaló que en otra oportunidad se presentó armado y, tras cuatro horas intentando convencerlo, accedió a entregar un revolver calibre 22 a uno de sus hijos pero solo si Marita atendía a sus constantes llamados telefónicos.