MÁS DE 38 AÑOS Y DESPUÉS, LLEGÓ LA JUSTICIA PARA ESTER FELIPE Y LUIS MÓNACO

Ester Silvia del Rosario Felipe, psicóloga, militante del PRT, nació en Las Varillas en 1950 y fue secuestrada en Villa María el 11 de enero de 1978. Su esposo, Luis Mónaco, periodista trabajador de los SRT y sindicalista, también fue secuestrado el mismo día. Ambos tenían una hija, Paula, de tan sólo 25 días, quien fue criada por sus abuelos y tíos. Hoy, periodista y escritora radicada en México.

El juicio no dejó dudas de que Carlos Luis Mónaco y su esposa Ester Silvia del Rosario Felipe, militantes del PRT-ERP, fueron secuestrados por una patota del OP3 y asesinados en La Perla y los cuerpos ocultados en el predio del Tercer Cuerpo. Les robaron dinero, bienes de valor y un auto.

Informe publicado el 10 de marzo de 2016

Por Katy García-PrensaRed

Ante el Tribunal Oral Federal N°1 la fiscal Miguel Carmona acusó por los crímenes de lesa humanidad cometidos en perjuicio del matrimonio constituido por Carlos Luis Mónaco (periodista) y Ester Silvia Felipe (psicóloga) quienes permanecen desaparecidos.

Para el ministerio público los hechos existieron tal como fueron descriptos en la pieza acusatoria. Hay prueba suficiente que demuestra la participación de los acusados y habrá una sentencia de condena. Héctor Pedro Vergez formó parte de losinterrogatorios y Carlos Villanueva era el jefe del campo de concentración La Perla.

La fiscal le dio visibilidad a las historias de vida de las víctimas “únicas e irrepetibles” y le reclamó al estado por el sufrimiento extremo vivido por las familias.

Los hechos

Según la causa, el 11 de enero de 1978, a la una de la mañana, Luis Carlos Mónaco fue privado ilegalmente de la libertad por miembros del Grupo de Operaciones Especiales de Inteligencia (OP3) del destacamento General Iribarren que funciona bajo el control operacional del Tercer Cuerpo de Ejército, a cargo de Luciano Benjamín Menéndez. Estaba en su casa, en Villa María, cuando Carlos Alberto Villanueva y Orestes Valentín Padován, irrumpen, le sustraen dinero, cheques, y un automóvil Dodge 1500 amarillo. A la media hora, arriban a la casa paterna de Ester y la secuestran bajo amenazas de muerte. Una vez que los esposos son aprehendidos, los conducen al campo de concentración La Perla donde permanecen cautivos, durante una semana, en condiciones inhumanas, degradantes, sometidos a martirios físicos y psíquicos.

Días después, “fueron retirados por personal de la OP3, trasladados -es decir, asesinados-, y enterrados en fosas ocultas, con el propósito de borrar todo rastro, situación que aún persiste porque sus restos no han sido localizados”. Los responsables de las acciones ilegales son los imputados Carlos Enrique Villanueva, Orestes Padován, Ernesto Guillermo Barreiro, José Andrés Tófalo y Luciano Benjamín Menéndez.

No son casos

Antes de valorar la prueba, se refirió a las víctimas y su singularidad. Con la pretensión de “valorar cada hecho y mostrarle al Tribunal quiénes son los afectados para que no sean un caso más”. De este modo, afirmó, la justicia saldará una deuda con las más de 700 familias que hace años buscan una reparación.

Recordó que Paula Mónaco Felipe, presente en la sala, “tenía 25 días cuando fue literalmente arrancada del pecho de su madre que la amamantaba”. Trazó un perfil del matrimonio y destacó el compromiso social asumido. Sostuvo que Ester era alegre, estudiosa, que ejercía la profesión y se daba tiempo para trabajar ad honorem junto a otras colegas en la creación de “áreas de atención psicológica en el Hospital Pasteur de Villa María en casos de maltratos, violencia y miseria”. Y que brindó atención gratuita en Villa Nueva.

A Luis lo describió como “una persona seria, pero divertida, que trabajó de chico para ayudar a sus hermanos y a su madre enferma”.

Era periodista. En 1973, fue elegido delegado sindical en representación de los trabajadores de los Servicios de Radio y Televisión (SRT-UNC). En 1975, la empresa produjo 33 cesantías, entre ellas la suya. Encaró la lucha gremial para defender los derechos laborales vulnerados. Integraba el área de Inteligencia del PRT-ERP. “Luis creía en la posibilidad y el deber de construir una sociedad más justa”, opinó.

Pruebas al canto

En relación a la prueba estimó que los hechos descriptos en la acusación quedaron acreditados con certeza. Fueron secuestrados casi de manera simultánea. Relató que Ester, estaba en la casa paterna con la beba porque Luis debía viajar al otro día. Golpearon la puerta diciendo que se trataba de un allanamiento. La patota de cinco hombres ingresó y la secuestró. “El ruido de las chancletas y la voz de ella diciendo ¿A dónde me llevan? quedó grabado para siempre”, comentó una vecina.

La subieron a la ambulancia y amordazaron a los padres. Cuando lograron zafar de las ataduras llamaron a la policía. Tardó en llegar. Fueron al departamento del matrimonio. Gregorio Felipe, el padre de Ester, tuvo que abrir la puerta a golpes. Estaba todo revuelto. Habían robado una cantidad considerable de dinero. Se llevaron el automóvil, un puñal de marfil y plata y un cuadro de Siqueiros, puntualizó Miguel Carmona.

Clorindo Boretti, vecino de la familia, observó desde su ventana “una ambulancia azul que circulaba despacio y en contramano. Vio y escuchó que alguien dijo más adelante y que se detuvo en la casa de la familia Felipe”. Le llamo la atención. Bajaron varias personas y llegó el automóvil Dodge, color amarillo, propiedad de Luis.

Sobrevivientes de La Perla confirmaron que en el campo había una ambulancia azul que fue usada en otros operativos. El ex gendarme Beltrán también aseguró que estaba en la zona de los autos.

Existen numerosas pruebas documentales. Por caso, denuncias radicadas ante el Juzgado Federal de Bell Ville. Una de ellas, en 1984, junto al secretario general del Sindicato de Prensa, Francisco Fernández.

En La Perla

Sobrevivientes del campo declararon que la pareja estuvo ahí. Mirta Iriondo, entre otros, señaló que la joven secuestrada tenía la blusa mojada con leche. Y que se decía que Héctor Pedro Vergéz había vendido cuadros robados. Liliana Callizo declaró que Ester llevaba en su pecho la foto de una nenita nacida pocos días atrás. Acotó que fueron interrogados por Carlos Villanueva, jefe del campo, y que participó de la investigación Vergez, miembro de laFinanciera Condecor. La fiscal afirmó que estaban “marcados”.

Graciela Geuna, contundente, expresó que llegaron en 1978, que estuvieron pocos días y que el destino final fue la muerte.

Abundante prueba

Tras valorar y analizar el material probatorio afirmó: “Tengo la absoluta certeza sobre la existencia material de los hechos tal como han sido descriptos en la pieza acusatoria como también de la participación penalmente responsable de los acusados en su perpetración que amerita una sentencia de condena que será oportunamente requerido por este ministerio público fiscal”.

La prueba documental aportada por Gregorio Felipe y la declaración firmada por Liliana Callizo indican que Vergez, Herrera, Barreiro, Villanueva, Acosta y Padován participaron de los hechos.

Lucrar con el dolor

“La familia Felipe Mónaco tuvo que soportar la desaparición de sus hijos y además un pesar más que fue el engaño y las expectativas en vano que les generaban las visitas de personas , en algunos casos, pidiéndoles dinero”, expresó. Varias personas inescrupulosas visitaban a la familia los domingos al mediodía avivando esperanzas inexistentes.

Sobre el final reflexionó sobre “el inmenso perjuicio que los crímenes cometidos por los acusados le ocasionaron a la familia Mónaco Felipe”. Y volvió desde donde había partido cuando rescató la vida de los militantes. “Es esencial tener en cuenta y dimensionar el daño en toda su extensión. La prueba, más inmediata y contundente, lo constituye el testimonio de la hija de las víctimas Paula Mónica Felipe que al momento del secuestro tenía 25 días de vida. La arrancaron del pecho de su mamá que se encontraba amamantándola”, sostuvo la funcionaria pública.

La deuda

En esa línea evocó las palabras de la testigo cuando hizo un reclamo conmovedor el día que testimonió. Aquí la parte sustancial. “Me deben una infancia con mis padres, me deben alegrías compartidas, me deben que mis padres me acompañen en momentos difíciles, me deben un abuelo y una abuela para mi hijo, me deben un hermano y una hermana a mis tíos, una tía a mi familia. Yo siento que sí, que me deben mucho, y de verdad, creo que es muy importante que se estén dando estos espacios de justicia”. Lo que no tuvieron sus padres.

Contó cómo la afectó la falta de sus padres a quienes no conoció. (…) “Mi vida tiene un hueco muy grande, el más fuerte es el de mis papás. Pero me falta un montón de otra gente”, expresó. Siempre supo que sus padres estaban desaparecidos y con la familia esperan encontrarlos había dicho y pedido al Tribunal que “los sigan buscando”.

Liliana Felipe, hermana de Ester, le reclamó al estado una deuda de “13058 días”.

La fiscal, cerró con la lectura de una carta publicada por Gregorio Felipe cuando se cumplieron 20 años de la desaparición de su hija y yerno que está incorporada al expediente.

Fuente: Prensared