LA MÍTICA TROCHITA VOLVIÓ A RODAR POR RÍO NEGRO

INGENIERO JACOBACCI (Río Negro).- Desde la ventana del vagón de madera, junto a la salamandra donde antiguamente los pasajeros de extensos viajes usaban para cocinar, se puede ver la inmensidad de la estepa patagónica. Liebres y pequeños zorros escapan al paso de la locomotora humeante de

La Trochita, que volvió a circular por estas vías angostas de la región sur de Río Negro.

El antiguo tren a vapor que iba por vías de 0,75 metros, no transitaba el territorio rionegrino desde hacía años. En cambio, en Chubut otra formación mantiene con regularidad sus servicios turísticos entre Esquel y El Maitén.

Desde aquí los últimos viajes fueron en 2014, chárters contratados por extranjeros amantes de los ferrocarriles. Esta vez, la empresa estatal Tren Patagónico, que administra el servicio de trenes en Río Negro, puso en marcha la locomotora con un paseo especial para turistas nacionales que espera repetir en Semana Santa y de manera esporádica.En Ingeniero Jacobacci está el punto de partida de la trocha angosta que se unía con las vías del viejo Ferrocarril Roca que llegaba hasta Bariloche desde Constitución. Los que seguían camino a Esquel descendían en esta estación y tomaban el coqueto tren de vagones de madera.

La Trochita funcionó con su viaje regular de Jacobacci a Esquel hasta la década del 90. Eran extensos recorridos que demoraban 20 horas atravesando temporales de nieve y fuertes vientos que muchas veces dejó varados a los pasajeros. Cuando se suspendió el servicio Chubut y Río Negro se repartieron locomotoras y vagones.

"Aprendimos a caminar prácticamente entre las vías; a los 7 años por primera vez viajé en

La Trochita cuando mi tío me llevó a Río Chico para jugar al fútbol. Fue hace 68 años y retomar ahora ese viaje es muy emocionante", contó Juan Adaime que viajó desde General Roca para sumarse a la primera salida del año de esta nueva etapa del tren turístico que realiza un recorrido de 43 kilómetros hasta el paraje Ojos de Agua.

Adaime junto con su hermana Victoria, nutrieron a los pasajeros de anécdotas de este tren histórico y la vida del pueblo que surgió con el auge del ferrocarril.

La locomotora anunció su partida con un silbido. El humo comenzó a brotar por la chimenea y se inició un leve movimiento mientras a ambos lados de las vías, los jacobacinos saludaban.

La construcción de esta vía económica, o de trocha angosta, se remonta a 1922: se compraron locomotoras norteamericanas y alemanas y vagones belgas, pero recién en 1945 se realizó el viaje inaugural entre Jacobacci y Esquel, un trayecto de 400 kilómetros en una geografía de estepa y pre cordillera, según recordó Silvia Schroh, la guía de este viaje.

A todo vapor

Originalmente, la locomotora funcionaba a carbón, pero ahora rueda reconvertida con gasoil, manteniendo el sistema de tuberías por donde se conduce el agua y genera vapor para su funcionamiento. Los altos costos para movilizar el tren que consume 14 litros de gasoil por kilómetro hacen que sus salidas sean esporádicas.

"Tenemos la idea de continuar con este proyecto para que

La Trochita sea disfrutada como un paseo turístico", dijo Jorge Maljasian, presidente del Tren Patagónico que también tiene en los planes reactivar un circuito en un antiguo tren desde Bariloche hasta la laguna Los Juncos, en la estación Perito Moreno.

Mientras el tren avanza por la estepa a unos 30 km/h aparece en el vagón Francisco Cabañares, el guarda, con su gorra tradicional y con un ticket simbólico que perfora y da a cada pasajero, rememorando los antiguos pasajes. Detrás de él, ingresan trabajadores del tren ofreciendo tortas fritas y café para amenizar el pintoresco viaje.

Esta vez la formación lleva dos vagones de primera clase, con sus butacas tapizadas en cuero marrón y uno de segunda, con los tradicionales bancos de maderas similares a los bancos de las plazas. En todos los vagones se mantienen intactos los detalles en bronce de las ventanas, los guardaequipajes en la parte superior y las salamandras de hierro en la mitad de cada vagón. Los espacios son reducidos, con un pasillo angosto y butacas dobles a un lado y simples al otro.

En las épocas doradas, La Trochita llegó a tener varios vagones de pasajeros y de carga, además de una estafeta postal a bordo y un coche comedor.

"El encanto de este viaje es el mantenimiento del tren que está en su estado original, como hace 50 años", señaló Darío Dukart, gerente comercial de Tren Patagónico. Para este viaje preparó un tour desde Bariloche, combinando los encantos de La Trochita y del tren local que circula por las vías del viejo Ferrocarril Roca, con un viaje de 4.30 horas hasta Jacobacci.

Nicolás Arostegui fue uno de los pasajeros que viajó desde Bariloche. Llegó un día antes en avión de Buenos Aires, exclusivamente para subirse al viejo expreso a vapor. "Hacía mucho tiempo que quería hacer este recorrido, conocer

La Trochita y estar acá es emocionante", dijo el joven de Quilmes.

A la par de las charlas entre los pasajeros, la locomotora sigue su curso, por momentos en pendiente no llega a hacer ni siquiera 10 km/h. Por las ventanas abiertas ingresa un fuerte olor a la vegetación silvestre de la Patagonia. Cada tanto, algún pasajero extiende los brazos hacia afuera para tomar fotos de la locomotora humeante o de alguna liebre. También se suelen cruzar guanacos.

Después de casi una hora y media de viaje, se realiza la primera parada para descender y llegar hasta un cañadón de basalto (una roca de origen volcánico) desde donde se puede ver un ojo de agua formado por la retención de agua de lluvia.

La segunda parada de la excursión es para llegar caminando a unos 200 metros, a una pared rocosa con pinturas rupestres de antiguos pobladores de la zona.

La locomotora ingresa en el paraje Ojos de Agua después de dos horas y media de recorrido. Desde el puñado de casas del pueblo donde sólo viven 20 familias salen los pobladores a saludar el paso del tren. Como en una secuencia de un viejo film, los chicos comienzan a correr a un lado de las vías acompañando el movimiento del tren. Es un día festivo para este paraje que hace tres años no veía llegar a La Trochita, el tren que los comunicó durante varias décadas con sus vecinos de Río Chico, hacia el Sur, y de Jacobacci, hacia el Norte de la vía.

En la estación, el maquinista y los auxiliares realizan la carga de agua en los dos tanques que van detrás de la locomotora. Mientras tanto, los pasajeros son recibidos con un cordero y un chivito al asador, que especialmente se prepararon para la ocasión en el centro comunitario del paraje.

Después del almuerzo abundante, es hora del regreso. La locomotora avanza a mayor velocidad porque el terreno va en descenso, pero nunca supera los 45 km/h que es su límite de potencia. En el interior de los vagones, los pasajeros dedican la vuelta a contemplar el paisaje en silencio, a la espera de que se repita la aventura a bordo del tren que es parte de la historia de la Patagonia.

Datos útiles

Itinerario. De Ingeniero Jacobacci a Ojos de Agua hay 43 kilómetros. El tren realiza dos paradas intermedias y ofrece almuerzo (chivito y cordero patagónico) en el paraje Ojos de Agua.

Se ofrece un servicio desde Bariloche en el tren TER (regional) de 4.30 horas hasta Ingeniero Jacobacci (ida y vuelta con cena a bordo). Parte a las 7 y llega de regreso a Bariloche a las 23.Tarifas

El viaje en La Trochita desde Ingeniero Jacobacci y almuerzo cuesta $ 1250.

Asciende a $ 2500 con el viaje desde Bariloche en tren TER, La Trochita y regreso con almuerzo y cena). www.trenpatagonicosa.com.ar

Fuente: La Nacion