El pasado 17 de mayo la Universidad Nacional de Córdoba se pintó de clima electoral.
En la Facultad de Ciencias Sociales, todos los claustros eligieron a sus representantes. Esta elección es el hecho político que marca el fin del proceso de normalización, y la efectiva constitución de la recientemente creada Facultad. Esto implica un momento de fortalecimiento de la autonomía para esta unidad académica, que ya no dependerá de ninguna otra instancia (en su momento la Facultad de Derecho de la cual formaba parte la Escuela de Trabajo Social, luego el Consejo Superior de la Universidad) para la toma de definiciones sobre el destino institucional.
Sociales eligió: Decanato y vice decanato, Consejo Directivo, Consejo Superior, Secretaria de Asuntos estudiantiles (SAE) y Centro de Estudiantes.
En lo que respecta a lo estudiantil, la agrupación Tinkunaco La Bisagra renueva la conducción del centro de estudiantes, se constituye como primera fuerza en el consejo directivo, y ganó la elección de SAE.
Las organizaciones que participaron de la disputa por centro de estudiantes fueron: La Juana, Sur, La Freire, La Marea, Sociales Para la Victoria y el FIT.
Quienes obtuvieron representatividad en el consejo fueron: Tinkunaco, La Juana, Sur y La Marea.
La facultad de Ciencias Sociales se constituye en una usina de producción de sentidos críticos, tanto en lo que respecta a los análisis de la realidad que estas disciplinas pueden ofrecer, disputando el sentido común hegemónico, como en lo que respecta a su rol de oposición política al rectorado al interior de la universidad Nacional de Córdoba, espacio que viene impulsando una serie de medidas que ponen en tensión el carácter público y democrático de la educación superior, mercantilizando e individualizando nuestro paso por la universidad a través de una reforma académica en curso; y generando una visible desigualdad en los grados de participación e incidencia entre las facultades a través de la reforma política aprobada en diciembre del año pasado.
Sociales nace con el desafío de defender lo conquistado, pero también de avanzar en la consolidación de una unidad académica que nos forme como profesionales comprometidxs con la realidad, que entienda la producción de conocimientos en vinculación con el territorio, y que genere las condiciones para que cada vez sean más lxs compañerxs que puedan ingresar, permanecer y egresarse en nuestra facultad.El pasado 17 de mayo la Universidad Nacional de Córdoba se pintó de clima electoral.
En la Facultad de Ciencias Sociales, todos los claustros eligieron a sus representantes. Esta elección es el hecho político que marca el fin del proceso de normalización, y la efectiva constitución de la recientemente creada Facultad. Esto implica un momento de fortalecimiento de la autonomía para esta unidad académica, que ya no dependerá de ninguna otra instancia (en su momento la Facultad de Derecho de la cual formaba parte la Escuela de Trabajo Social, luego el Consejo Superior de la Universidad) para la toma de definiciones sobre el destino institucional.
Sociales eligió: Decanato y vice decanato, Consejo Directivo, Consejo Superior, Secretaria de Asuntos estudiantiles (SAE) y Centro de Estudiantes.
En lo que respecta a lo estudiantil, la agrupación Tinkunaco La Bisagra renueva la conducción del centro de estudiantes, se constituye como primera fuerza en el consejo directivo, y ganó la elección de SAE.
Las organizaciones que participaron de la disputa por centro de estudiantes fueron: La Juana, Sur, La Freire, La Marea, Sociales Para la Victoria y el FIT.
Quienes obtuvieron representatividad en el consejo fueron: Tinkunaco, La Juana, Sur y La Marea.
La facultad de Ciencias Sociales se constituye en una usina de producción de sentidos críticos, tanto en lo que respecta a los análisis de la realidad que estas disciplinas pueden ofrecer, disputando el sentido común hegemónico, como en lo que respecta a su rol de oposición política al rectorado al interior de la universidad Nacional de Córdoba, espacio que viene impulsando una serie de medidas que ponen en tensión el carácter público y democrático de la educación superior, mercantilizando e individualizando nuestro paso por la universidad a través de una reforma académica en curso; y generando una visible desigualdad en los grados de participación e incidencia entre las facultades a través de la reforma política aprobada en diciembre del año pasado.
Sociales nace con el desafío de defender lo conquistado, pero también de avanzar en la consolidación de una unidad académica que nos forme como profesionales comprometidxs con la realidad, que entienda la producción de conocimientos en vinculación con el territorio, y que genere las condiciones para que cada vez sean más lxs compañerxs que puedan ingresar, permanecer y egresarse en nuestra facultad.
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