PALABRAS ALUSIVAS AL DÍA DE LA INDEPENDENCIA A CARGO DE LA PROFESORA ADRIANA RASPO

Como maestra jardinera quiero hoy, en tan importante fecha patria, rescatar el significado individual y colectivo de la palabra INDEPENDENCIA conjuntamente con la revalorización del nivel educativo al que represento: el NIVEL INICIAL, primer y fundamental escalón del Sistema Educativo Argentino, obligatorio en la actualidad para niños de 4 y 5 años en nuestra provincia de Córdoba.
Entre los objetivos de este nivel se destaca uno que se relaciona directamente con el acontecimiento histórico que nos convoca; según el flamante Diseño Curricular de la Educación Inicial en Córdoba, los maestros jardineros somos responsables de INCREMENTAR, EN NUESTROS ALUMNOS Y ALUMNAS, LA CAPACIDAD DE EJECUTAR DIVERSAS ACCIONES Y TOMA DE DECISIONES POR SÍ MISMOS, POSIBILITAR QUE DESCUBRAN Y DISFRUTEN CON RESPONSABILIDAD SU AUTONOMÍA CRECIENTE EN EL ACCIONAR COTIDIANO Y SOCIAL. Sin duda, trasponer las puertas hacia las salas de 3, 4 y 5 años -soltar la mano de papá y mamá para integrarse a un nuevo contexto social- representa iniciar la construcción del camino de la indepen-dencia personal.
Tal vez, a muchos de ustedes, por la gran diferencia entre sus quehaceres laborales y el mío, les cueste imaginar, como ya en la primera infancia, los niños pueden vivenciar en la medida de las posibilidades que les impone su corta edad, que LIBERTAD e INDEPENDENCIA significan tener una opinión propia y generar juicios a partir de sus capacidades de análisis. Que significan también, enfrentar los problemas de la vida, crear proyectos y ponerlos en marcha para solucionarlos,… relativizar la crítica ajena, sin desestimar los aspectos constructivos, cuando corresponde... pero nunca dejarse llevar por la manipulación que los aleje de los verdaderos objetivos de su existencia.
Sin embargo, es asombroso como los pequeños de 3, 4 y 5 años, infieren en estos aprendizajes que SER LIBRES E INDEPENDIENTES supone, además, un riesgo: hay que hacerse cargo de lo que uno decide, comprenden y practican el SER RESPONSABLE de sus actos. No obstante, el precio no es tan alto como el beneficio, porque los chicos intuyen que a medida que crezca el sentido de la libertad individual irá ampliando su significación, pero siguen acrecentando sus autonomías con la concreción de acciones y expresiones simples, cotidianas, porque vislumbran en sus mentes y en sus corazones que la INDEPENDENCIA que están cimentando los hará artífices de sus propios destinos y de un destino colectivo y nacional.

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Homologando mi experiencia profesional y de madre con los sucesos históricos acaecidos hace 195 años en Tucumán, encuentro que es el mismo proceso en el crecimiento de un niño que en el devenir de la evolución de la independencia de nuestra PATRIA BICENTENARIA.
Para referirme a este proceso les ofrezco el punto de vista del ya desaparecido historiador Félix Luna quien en un artículo de opinión expresó: “…Múltiples son los sentidos que nuestra historia le otorgó al término INDEPENDENCIA: para los congresales de 1816 INDEPENDENCIA era, pues, una patria libre de toda dominación extranjera.
Pero la palabra fue cambiando de connotación con el transcurso del tiempo.
Para Esteban Echeverría SER INDEPENDIENTE incluía una cultura propia.
Para Juan Manuel de Rosas, la INDEPENDENCIA era el ejercicio irrestricto de lo que hoy llamaríamos soberanía.
Los organizadores del país y los hombres del 80 fueron celosos de la INDEPENDENCIA política pero entendieron que una nación periférica como la Argentina tendría que hacer concesiones a los intereses extranjeros si quería alcanzar objetivos de progreso que la robustecieran.
Hipólito Irigoyen produjo algunos gestos y palabras en el campo de la política internacional que expresaban una mayor autonomía de decisiones.
En las décadas de 1930 y 1940, sectores nacionalistas batieron el parche sobre la independencia económica y Juan Domingo Perón declaró que ésta era una realidad, en Tucumán, en 1946.
Los ejemplos,-opina el historiador, podrían seguir, pero quiero decir que aquella vieja palabra que en el nacimiento de la Patria movilizó tantos sueños y tantos esfuerzos, fue ampliando su significación.. Lo cierto es que los argentinos sentimos hoy, que aquello que se proclamó hace casi 200 años, es una concepción bastante más compleja que la de entonces.
En un mundo tan embarullado como el actual, ningún país puede pretender una independencia absoluta. Creo que los argentinos hoy centran la idea de la emancipación en la capacidad del país de decidir según sus propios intereses dentro de una razonable convivencia internacional (...) Ésto parece obvio, pero debe completarse con la posibilidad de que nuestros compatriotas tengan un acceso posible a los bienes físicos y espirituales que hacen a la vida algo digno de vivirse. Dicho de otro modo, que sientan que nuestra condición de PAÍS INDEPENDIENTE es un valor que vale la pena defender.
Don Félix Luna culmina su reflexión expresando: Acaso la INDEPENDENCIA radique para nosotros, los argentinos y latinoamericanos, en dar a nuestros pueblos más educación y un instrumental de cultura que nos permita distinguir nuestros propios intereses colectivos y al mismo tiempo manejar una tecnología cada vez más imprescindible. De algún modo esta propuesta valoriza la idea de Echeverría. No la contradice, sino que completa la significación de aquello que se proclamó en una casa tucumana cuando nuestro país era apenas un boceto, una vocación frágil y vulnerable.
Concluyo reflexionando: si los adultos, desde el rol que desempeñamos en la sociedad argentina como padres, gobernantes, pastores o docentes, nos comprometemos en ayudar a niños y jóvenes a construir sus independencias personales sobre la base de una identidad nacional sentida, auténtica, nutrida en valores humanitarios, seguramente podrán ellos ser protagonistas responsables de la vida democrática y de la INDEPENDENCIA colectiva de la patria que soñaron los hombres y mujeres en 1816 y la que soñamos los argentinos en el 2011, especialmente en estos próximos meses en que estamos convocados, una vez más, a ejercer nuestros derechos ciudadanos para robustecer nada más ni nada menos que a nuestra tan preciada DEMOCRACIA.
Muchas Gracias.

Adriana Raspo,
Directora Interina del
Jardín de Inf. “Bmé. Mitre”